viernes, 20 de septiembre de 2013

Volver a imaginar

Fue el segundo álbum en solitario de John Lennon y se transformó en el trabajo más popular de su carrera. Grabado entre el 23 de junio y el 5 de julio de 1971 en sus estudios privados en Tittenhurst Park y publicado en Estados Unidos el 9 de septiembre de ese año, el álbum contiene muchas de las mejores canciones escritas por John. Entre ellas, la que le daba título al álbum: “Imagine”, su mayor regalo musical al mundo, un tema indispensable para entender a un hombre irrepetible.


UNO. John Lennon compuso Imagine (Imagina) una mañana de principios de 1971 en su habitación de Ascot, la propiedad que tenía en Tittenhurst, Inglaterra. Su mujer, Yoko Ono, le observó sentarse ante el gran piano blanco que tenían en casa (ahora famoso gracias a las películas y las fotografías de las sesiones de grabación del álbum) y terminar la canción: la serena melodía; esa irresistible figura de cuatro notas; y prácticamente la letra completa, veintidós versos que, en términos sencillos y de enorme belleza, hablan de la fe en la posibilidad de que un mundo unido por la imaginación y por un objetivo pueda cambiarse a sí mismo.

«No es que pensara: ‘Esto puede ser un himno’ - dijo Ono recordando esa mañana años más tarde-. Imagine era lo que John creía, que todos somos un país, un mundo, una misma persona. Quería transmitir esa idea».

La idea no era sólo suya: el arte de Ono también celebraba el poder de los sueños. El primer verso de Imagine («Imagine There’s No Heaven» [Imagina que no hay cielo]) desciende directamente de un libro de Ono de 1964, Grapefruit, en el que decía «imagina un pez de colores nadando por el cielo», «imagina que las nubes caen como gotas; cava un agujero en tu jardín para ponerlas allí dentro». Pero Lennon, como buen ex Beatle, era un experto en las imágenes populares. Una vez admitió que Imagine era, prácticamente, «El manifiesto comunista». Pero la belleza elemental de esta melodía, la calidez de su voz y el toque poético del coproductor Phil Spector enfatizaron la profunda humanidad de la canción.

Lennon sabía que había escrito algo especial. En una de sus últimas entrevistas declaró que Imagine era tan buena como cualquier canción que hubiera escrito con los Beatles. Poco más de cuarenta años después, sabemos que es aún mejor: un tema imperecedero que nos ha ayudado a superar momentos de gran dolor, entre ellos, el asesinato del propio Lennon. Es imposible soñar un mundo mejor sin Imagine. Y la necesitamos más de lo que nunca soñamos.

Con George Harrison, durante las sesiones de
grabación de Imagine
DOS. Imagine aparece como la cúspide artística de la vida de Lennon pos-Beatles. El deseo de escapar de su tormento interior impulsó el idealismo utópico de Lennon y su aspiración de hundirse en algo más grande que él mismo. John escribió la letra en un avión, y la canción –su plácida evocación de un reino de belleza abstracta más allá de los males de este mundo– se ha convertido en un mensaje universal y se mantiene como exponente e himno de la paz mundial, particularmente luego de la muerte violenta de John. Nueve de cada diez personas repiten eso cuando escuchan esta canción: «es un himno». Pero tengo un amigo que sostiene que, como toda canción, es tan fácil de malinterpretar que muchos prefieren entenderla como el definitivo e insuperable jingle pacifista cuando en realidad es una llamada a ir borrándolo todo hasta convertirse (resulta más fácil si se es millonario) en un perfecto hombre de ningún lugar, fuera y lejos de todo. En Imagine, Lennon –como en lo mejor de su obra: canciones como «I’m Only Sleeping», «I’m So Tired», «Lucy in the Sky with Diamonds», «Tomorrow Never Knows», «Across the Universe», «God», «Isolation», «Watching the Wheels», «#9 Dream» y «A Day in the Life»– apuesta por una virtual eliminación de todo. La receta que nos ofrece es ir descartando el cielo y el infierno y los países y las religiones y las posesiones materiales hasta que lo único que quede sea él. Un «soñador» flotando en un limbo donde –como en el por siempre idílico «Strawberry Fields»«nada es real y no hay nada por qué preocuparse».

No sé si mi amigo tenga razón. Pero viniendo de Lennon, nunca se sabe.

TRES. Pero, insisto, son muchos los millones que consideran la canción Imagine como un himno de esperanza universal. Imagine es una canción humanista por excelencia, que niega a los humanos el lugar que a menudo se adjudican a sí mismos en el universo espiritual y que, en cambio, los relega a su material y exquisitamente hermoso hogar terrenal. Lennon hace esto para impulsar a sus prójimos a unirse en la creación de un mundo que valga la pena, sin países ni guerras impulsadas por la religión o la propiedad privada. Su deseo de compartir este mundo juntos como una auténtica «hermandad de los seres humanos» ha hecho que más de uno se haya preguntado si acaso Lennon no escribiría esta canción después de haber leído el Socialist Standard, lo cual no es una idea descabellada, puesto que después de la separación de los Beatles empezó a frecuentar con avidez la prensa radical, pero no se sabe con certeza si llegó a leer el Standard, un periódico que desde 1904 también aboga por una sociedad de propiedad compartida, sin naciones, sin clases y sin dinero.

CUATRO. Desde luego, John Lennon expresaba su cólera y su sentido del absurdo en las mordaces letras de sus canciones. Resulta interesante constatar que, si se dejan de lado sus nueve años como Beatle famoso, el carácter político de sus últimos años es una extensión lógica de su época como miembro del cuarteto de Liverpool. A menudo se encuentran rastros de su rebeldía en las entrevistas que concedió como Beatle, y su declaración de que eran más famosos que Jesucristo fue un raro aunque involuntario uso de la fama para poner patas arriba el statu quo, probablemente sin parangón alguno hasta que los Sex Pistols empezaron a blasfemar en la televisión británica doce años después.

Es curioso que la primera canción de Lennon en un álbum de los Beatles –Please Please Me (1963)– fuese Misery, que empezaba con las palabras «el mundo me trata mal». John lanzaba a menudo estas pequeñas bombas líricas de su auténtico yo en canciones que, por otra parte, eran perfectas gemas de la música pop que se hacían eco de las sensibilidades musicales del pop estadounidense. Dado que tenía el mundo rendido a su alrededor, es posible que Lennon disfrutara utilizando sus canciones como una oportunidad para hacer una crítica de la realidad.

Tan pronto como los Beatles fueron historia, John Lennon empezó a hacer historia con sus canciones dolorosamente honradas y políticas. El primer ejemplo alumbró en 1970: el álbum John Lennon/Plastic Ono Band. Además de la canción que trata de la pérdida de su madre y de Love (una de las melodías más hermosas que se puedan escuchar en cualquier álbum, sea o no sea de los Beatles), el músico comenzó a explorar a lo grande temas humanistas y políticos. La convicción lennoniana de que vivía en un universo ateo se revela en diferentes lugares. Por ejemplo, en I Found Out, declara: «No hay ningún Jesús venido del cielo» y en God va un poco más lejos, pues la afirmación de que «Dios es un concepto con el que medimos nuestro dolor» hunde sus raíces en la psicología humana. La canción Working Class Hero es un clásico ejemplo de la humillación de los obreros en entornos tales como el hogar, la escuela y el trabajo. Incluso, siendo él multimillonario, en ella se identificó con la situación de las masas trabajadoras y tomó plenamente conciencia de clase al cantar «Te dicen que puedes llegar a la cima / pero antes has de aprender a matar sonriendo / si deseas triunfar como los de allá arriba».

«Siempre he tenido conciencia política y he estado contra el statu quo –decía Lennon en enero de 1971, cuando le concedió una extensa entrevista al diario comunista británico Red Mole–. Es bastante básico, cuando has aprendido desde chico, como yo, a odiar y a temer a la policía como tu enemigo natural y a despreciar al ejército como algo que se lleva a todos y los abandona muertos en alguna parte. Es simplemente un asunto básico de la clase trabajadora, aunque comienza a desteñirse cuando vas envejeciendo, tienes una familia y te traga el sistema».

CINCO. Tal como la presentó en una entrevista, Imagine es «antireligiosa, antinacionalista, anticonvencional, anticapitalista, pero aceptada por su dulzura». Más allá de que esto fuese así, lo que John dejó tras de sí fue la imaginación utópica que todos compartimos, que todavía existe en un millón de cerebros y que se niega a que nadie la silencie. La canción Imagine fue incuestionablemente el momento más elevado de Lennon. Su claridad lírica y conceptual arrojó luz sobre un mundo oscuro y violento, impulsándonos a imaginar otro mundo: no a la guerras, no a los conflictos generados por el dinero y las instituciones políticas y religiosas, no a la matanza debido a las fronteras, un mundo que viva en paz y en un orden económico en el que tanto la avaricia como el hambre resultase algo imposible. Si miramos un poco el mundo en que vivimos, nos daremos cuenta de que Lennon habla de la realidad cruda y no de sueños de fantasía.

«Imagine fue lo mejor de John Lennon –confesó alguna vez Phil Spector, coproductor del álbum–. Si uno tuviera que determinar con precisión cómo era John -cómo se paraba, cómo se sentía y cómo pensaba-, este álbum lo diría todo por sí mismo. Yo sabía que sería un enorme éxito, una declaración de principios definitiva de John. Y lo fue».

SEIS. ¿Cuántos somos los que hoy compartimos la visión de John Lennon? ¿Cuántos somos los que apoyamos todas las causas que acercan a la humanidad hacia el objetivo de un orden económico sin las coacciones impuestas por el sistema de mercado? ¿Cuántos somos los que todavía nos animamos a soñar un mundo de paz, de igualdad y de abundancia?

«Podrás pensar que somos unos soñadores, pero no somos los únicos. Ojalá un día te unas a nosotros. Y el mundo será de todos.»